lunes, 7 de julio de 2008

DIOS PADRE DE HUERFANOS

DIOS PADRE DE HUERFANOS
Por Guillermo Ávila

"Rebosa mi corazón palabra buena.
Dirijo al rey mi canto; un testimonio de su amor."



Era solo un niño, había cumplido mis 11 años de edad y todo parecía normal pero ocurrió, fue como un rayo, trágico y fulminante, como una espada que atravesó mi corazón: "La muerte de mi padre".
Cumplìa sus 38 años y una fría mañana, junto al inmenso y majestuoso mar, bajo el golpe abrazador de sus olas y su fuerza irresistible la vida le arrebató.
Fue desgarrador, produciendo en mì un gran dolor y un vacío de amor. Un sentimiento de orfandad que sin ninguna explicación confundió mi razón.

Desde muy pequeño Dios fue un misterio difícil de entender. Siendo muy niño y teniendo acceso en mi colegio a literatura cristiana, se grabaron en mi mente algunos testimonios de Dios acontecidos a través de la historia, dos de ellos que impactaron fuertemente mi corazón:

. La historia del patriarca Jacob y de su hijo José, un niño soñador, amado y consentido por su padre, quien perdió a su madre al nacimiento de su hermano menor Benjamín. José, por su conducta y sus sueños, despertó la envidia y el menosprecio de sus 11 hermanos, quienes procurando su mal lo vendieron como esclavo a Egipto a casa de Potifar. Ante la angustia de vivir lejos de su padre y en completa orfandad, la mano de Dios es claramente palpable sobre su vida, sufre de incomprensión e injuriado por la esposa de Potifar pasó prácticamente su juventud en una cárcel. La historia señala que “Jehová estaba con José”; que a pesar de vivir tanta injusticia y dolor, Dios fue su consuelo y compañìa. No le evitó sufrir lo que vivió, pero su presencia en él lo hizo (como significa su nombre José) fructificar en cada una de sus circunstancias, sea como hijo en casa de su padre, como esclavo en Egipto o en una cárcel injuriado. De ese lugar lo sacaría Dios para bendecir a esa nación,y aún a sus propios hermanos que tanto dolor le habían causado. Dios fue una realidad en su vida.

. La historia de la vida de San Francisco de Asís también impactó mi niñez. Hijo de padres religiosos y ricos e influyentes comerciantes, en una época confusa, oscura, de mucha pobreza, guerra y dolor. Dios, como en toda generación, buscaba un corazón para revelar la luz de su amor. En Francisco lo encontró y su vida revolucionó, y ante la incomprensión de sus padres, de sus amigos, y buscando una consecuencia con la revelación que Dios había impartido, todo lo abandonó, renunciando a su familia, a las riquezas, al Señor su vida consagró. Buscó vivirla en consecuencia y junto a otros formando una comunidad la encontró y un testimonio a su generaciòn legò. Dios fue una realidad en su vida.

Así cumplí mis 11 años, época en la que me tocó vivir esta cruda y triste realidad: La muerte de mi padre.
Fue un tiempo sin consuelo, donde experimentando el abandono, la soledad, todo lo cuestioné:

¿Dónde estaba Dios?
¿Dónde estaba el Dios de José? o ¿Tendría Dios conciencia de mi realidad?

¿Te has sentido así de incomprendido? o ¿Sin hallar explicación en tu desamparo?
¿Se habrá sentido así Jesús, el Hijo de Dios, ante el abandono de la Cruz?
Eran muchas las preguntas sin respuesta que golpeaban mi razón.

Y a mis 11 años sumido en el dolor, no encontraba donde apoyar mi frágil corazón. Ya no contaba con mi padre, ni tenía cerca un amigo consolador. En las largas noches, sólo eran mis lágrimas las que mitigaban levemente mi dolor.
Es vivir una experiencia que bien sabemos no respeta edad, no respeta sexo, ni nacionalidad.

Tal vez fue este el sentimiento que experimentó el gran profeta Elías cuando, sumido en una Depresión y huyendo por el desierto, exclamó en su corazón: ¡Basta ya, Jehová quítame la vida...¡ Deseaba solo la muerte ante el sentimiento de abandono y de persecución. O cuando el patriarca Job en medio de una gran prueba y una grave enfermedad, angustiado exclamó: ¡Maldito sea el día en que nací ¡ ¿Por qué no hallé la muerte en el vientre de mi madre? y ¿así no haber vivido y gustado esta mí desgracia?
Hoy comprendo con clara convicción como Satanás busca nuestra completa destrucción. No solo es enemigo de Dios, sino de toda su creación, y también lo es del hombre, su máxima expresión. Satanás intentará aprovechar cada circunstancia de la vida, cada tropiezo, ¿Cuánto más los que nos originan algún dolor?, para confundirnos, y con sus mentiras afligirnos y así destruirnos; para hacer volvernos contra nuestro creador y, de este modo, anular la fe en nuestro corazón, aprovechándose de nuestra confusión e ignorancia que Dios es un Dios de amor y que desea levantarse siempre a nuestro favor, como estaba escrito y yo no lo sabía:
"A... ningún huérfano afligiréis, porque si tu llegas a afligirlos, y ellos claman a mí,
ciertamente oiré yo su clamor" Éxodo 22:22

Como niño, y en mi angustia, volví a Dios mi corazón. El no había sido una experiencia real dentro de mí. Buscando una respuesta a mi razón en medio de mi aflicción y mi dolor, Él escuchó todo mi clamor.
En la imagen que como niño tenía del Señor, una noche en que mis lágrimas desaguaban mí débil Corazón, su presencia llenó mi habitación. No sé si fue un sueño o una hermosa visión, pero Jesús enjugó mis lágrimas y consoló mi alma. Todo lo llenaba su luz, y sus palabras fueron vida, consuelo y salud:
"Hijo no tengas temor, seca hoy tus lágrimas consuela tu corazón,
Tú no estás solo, Dios es tu Padre y creador.
El es tu verdadero Padre y jamás te dejará.
Quiere que seas su hijo y sólo a El tu servirás."

Maravillosas palabras que jamás olvidaré. Se grabaron en lo profundo de mi ser y, en su paz, extendiendo sus manos, abandonó mi habitación. Dios abrió un nuevo día para mí, su consuelo todo lo inundó, quitó mi tristeza, y no volví a llorar más a mi padre terrenal. Desde ese día Dios ha sido un padre para mí, Él me ha cuidado, me ha guiado, y a su Hijo me ha revelado. Y en su maravillosa Familia me ha hecho sentirme amado y me ha enseñado a no sentirme jamás desamparado. Verdaderamente Dios es un Padre de amor y hoy puedo dar testimonio de su bondad y realidad.
Él me ha inspirado a escribir estas palabras, para traer su testimonio dentro de tu alma.
"Dios, es Padre de huérfanos... en su santa morada. Dios hace habitar en familia a los
desamparados" Salmo 66:5,6
Yo ignoro tu condición, cuál tu dolor o cual tu aflicción; o qué abandono estás viviendo hoy en tu corazón, pero Dios, tu verdadero Padre, tu creador, quiere que sepas que Él si conoce de verdad tu condición, tu necesidad y tu dolor, porque en su Hijo lo encarnó y en su cruz Él lo llevó. Es la demostración más concreta de su amor.
Si te sientes desamparado o estás sufriendo en orfandad, dale a Dios tu padre una oportunidad; Dios es Padre de huérfanos, refugio para los desamparados, y en tu necesidad invoca su paternidad y por cierto te oirá y jamás te avergonzará. El te dice:
“Invócame en el día de tu angustia; te libraré, y tu me honrarás." Salmo 50:15
“Me invocará, y yo le responderé, con él estaré yo en la angustia, lo libraré y le glorificaré”. Salmo 91:15
Invocar no es meditar ni susurrar, es clamar. Viene de la palabra hebrea Kara que significa gritar con desesperación porque se está angustiado. Es rogar, pedir desde el fondo de nuestro corazón, con toda humildad y sumisión.
Hoy tu puedes venir a Él y clamar. Él curará tus heridas, con su amor las vendará. Él suplirá y restaurará lo que el pecado, la ignorancia y las circunstancias te han negado, te acogerá en sus brazos y quitará para siempre el sentirte desamparado.
El te dice hoy:
"Aunque tu padre y tu madre te hayan abandonado, con todo (con tus penas, angustias y pobreza) Dios te recogerá. ” Isaías
Nunca digas: "Dios me dejó, se olvidó de mí, porque aunque la mujer que te dio a luz te abandone, aunque ella te olvide yo nunca me olvidaré de ti"... porque tu nombre está esculpido en su mano, le perteneces, Él es tu creador. Isaías 49:14,15

¿Qué pide Dios de ti? Un corazón humilde que reconozca ante Él su necesidad, que reconozca su pobreza de vivir en orfandad. Entonces, El enjugará todas tus lágrimas y en su amor te vivificará, te oirá y en su Hijo te salvará.
Y ellos cantarán de los caminos del Señor, Ellos verán su Gloria que es grande. ¿Quienes? Los humildes, los pobres de espíritu, los que lloran y buscan en El refugio y bendición.
“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, pero al altivo mira de lejos". Ellos darán testimonio de su fidelidad y en el Espíritu Santo proclamarán: "Cuando ande en medio de la angustia tu me vivificarás, contra la ira de mis enemigos extiendes tu mano y tu diestra me salvará. Jehová cumplirá su propósito en mi." Salmo 138:5-8

¿Quieres recibir su testimonio de amor?
Hoy Dios ha venido a tu camino, como respuesta a tu necesidad, atiende a su voz, y déjale ser en tu vida una realidad.

Has conmigo esta oración de lo más profundo de tu corazón:

Padre celestial, revela a mi vida tu maravilloso amor paternal,
En tu Hijo mira mi necesidad, líbrame de mis angustias y hazme conocer tu verdad
Has de mi corazón tu morada sanando todo mi dolor y sé tú mi refugio mi gran Salvador.
Has nacer en mi un nuevo día fruto de tu salvación, y has brotar en mis labios una nueva canción y anunciaré tu nombre y hablaré a los hombres del testimonio de tu amor. Amén.